miércoles, 4 de octubre de 2017

Toxik - Breaking Class


Año: 2017
Sello: Independiente (CD y digital)
País de origen: USA

Regresos como éste sí que entusiasman. Toxik volvieron con pocas canciones a cuestas (son solamente tres pistas), pero demostrando que la calidad está intacta. Y por si fuera poco, dicho regreso trae a dos de los tipos que grabaron el monumental "Think This" en 1989. Josh Christian, guitarrista y padre de la criatura, y Charlie Sabin, cantante de voz excelsa, son los sobrevivientes del muy buen sucesor del tremendo "World Circus" (1987). La formación se completa con James DeMaria en batería (precisión y fuerza) y Shane Boulos en bajo (sobrio y elegante). Cuatro músicos de capacidad innegable, una banda con una historia llena de excelentes logros (aunque nunca lograron ser parte de las grandes ligas), y un regreso que hace que otras bandas de la misma época se pregunten si sus regresos eran necesarios.
Como ya dije, "Breaking Class" consta de tres tracks en los cuales la banda hace lo que mejor sabe hacer, que es lo que uno espera de ellos, ni más ni menos. Thrash/Speed técnico, lleno de groove, fresco y pegadizo aún en su complejidad. Los tipos siempre tuvieron la capacidad de crear canciones que posean un grado de elaboración importante, pero sin caer en la trampa de la autoindulgencia que lleva al músico a tocar más de lo que las canciones piden. Toxik lograron ser virtuosos y demostrarlo, pero sin la necesidad de entrar en el exhibicionismo. 28 años más tarde de su último esfuerzo discográfico, Christian y los suyos vienen a demostrar que todo lo dicho anteriormente está vigente, y de paso, que la banda está intacta.
Hay melodía, hay fuerza, precisión y un dominio instrumental que obliga al oyente a hacer silencio y a escuchar atentamente. Lo mejor del caso es que componen canciones, y esas canciones son cuasi perfectas. Escuchen el groove machacante de "Stand Up", con su tempo trabado de a ratos, acelerado de a otros, y con la voz de Sabin hipnotizando al oyente con sus texturas pegadizas pero no pegajosas.
Luego viene la pieza que da nombre al disco, la más thrasher de todas, aunque no por ello menos ganchera que su antecesora. Además, y fieles a su costumbre, meten arreglos delirante que rompen la estructura para luego retomarla como si nada hubiera pasado. El final llega con la compleja y adictiva "Psyop", en la cual muestran su costado más retorcido a base de texturas poco convencionales, lo más parecido a lo hecho en los momentos más técnicos en la carrera del grupo. Y llega el final.
Muy breve ¿no? Al menos para un seguidor de la banda, tal como yo lo soy, que sean solamente tres pistas me deja con un gusto a poco que no puedo quitármelo ni aunque lo intente. Así y todo, la capacidad, el talento de estos norteamericanos es tan, pero tan grande, que con tan poco lograron meterse en mi lista de Lo Mejor del 2017. Es Toxik ¿qué otra cosa se puede esperar de ellos? Estos tipos nunca fallaron, y volvieron para demostrarlo.

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