miércoles, 21 de septiembre de 2016

Paul Chain - Alkahest


Año: 2016
Sello: Minotauro Records (digital) (otras ediciones: Godhead Recordings, 1995: CD & 12" vinilo / Minotauro Records, 2013: Vinilo Doble & CD)
País de origen: Italia

Semana del Doom en Puro Ruido y no podía dejar de aportar mi granito de arena en uno de los géneros que más me apasiona, y más aún si el disco delegado en esta oportunidad por Manel es uno de esos clásicos inoxidables, perennes y fundamentales del género, al menos para el país en el que se desarrolló, pues Paul Chain, o Paolo Catena, es uno de los grandes responsables, si no ÉL máximo responsable de la incipiente escena Doom italiana, sinónimo y garantía de calidad hoy por hoy. Si bien el ex Death SS posee una vasta discografía, ya sea como Paul Chain a secas o en su primera etapa añadiéndole a su seudónimo el Violet Theatre, hoy nos ocuparemos de “Alkahest”, el mejor título de su carrera para quien escribe, y el más emblemático por el hecho de contar con la colaboración de otra eminencia en la materia, Lee Dorrian… y si, nada puede salir mal. 
“Roses Of Winter” abre sin preámbulos, con la indisimulable influencia Sabbática plasmada en el riff y la inconfundible voz de Paul articulando enigmáticas e incomprensibles líricas, al menos para el resto de los mortales, ya que se trata de un dialecto inventado para la ocasión con una fonética muy similar al inglés, particularidad que se repite en el resto de los temas interpretados por él mismo (si me preguntan a mí, puro chamuyo hablando en criollo, pero totalmente válido por supuesto).
A continuación “Living Today” es un tema más propio de la corriente del rock ocultista, con el sonido setentoso como premisa, a medio tiempo y con unas lánguidas e hipnóticas líneas vocales en los estribillos. Otra joyita.
“Sand Glass” vuelve al Doom de pura cepa, denso y arrastrado, tal como debe ser, pero es cuando entran los teclados como contrapunto de la voz de Catena cuando la atmósfera se vuelve aún más tétrica, mientras voces susurradas y sintetizadores fantasmagóricos refuerzan esta idea para luego, cambio de tiempo mediante marca Sabbath, volcarse hacia el heavy más “cabeza” por así decirlo.
Llega el momento álgido del disco con “Three Water” (si, los títulos se encuentran en un perfecto inglés, lo que reafirma mi anterior teoría). Con una intro grandilocuente de órgano y sintetizadores, épica, oscura, siniestra, pura mítica esotérica que termina decantando sin perder sus propiedades en metal pesado… más precisamente Doom… eso se llama alquimia señoras y señores!! Las líneas vocales más hipnóticas que nunca, los punteos de guitarra cual trágicos lamentos y una marcha cansina propia de una procesión fúnebre… una belleza de principio a fin, TE-MA-ZO.
Sonidos de gaitas sirven de intro para "Reality", un tema que continúa con la tónica del disco sin desentonar, bien doombeta en sus medios tiempos y la parte vocal haciendo una suerte de recitativo la mayor parte del tiempo.
Llega el turno de el gran Lee Dorrian, y lo hace con un cover del mismo Paul Chain de su temprana etapa como Violet Theatre “Voyage to Hell”, y como era de suponer le queda a la perfección, por lo agresivo y primitivo del tema, siempre dentro de los parámetros del estilo claro está, con reminiscencias a Celtic Frost como para dar una idea. Hay varias diferencias con la antigua versión, como la escueta intro y el final épico más acorde al contexto general de esta placa. (Nota aparte, años después saldría un bootleg de Cathedral con el mismo nombre).
“Static End” es nefasto, una oda a la mala onda, con riffs pesados, monolíticos además de arreglos y punteos de guitarra blueseros durante las estrofas a modo de diálogo con la arenosa voz del ex Napalm Death (quien también escribe las letras de sus interpretaciones), mientras, un colchón de teclados durante ciertos pasajes sostienen la mística reinante durante todo el redondo, y junto con varias capas de punteos de guitarra se esfuma con la bruma hacia el final. Está de más hablar del virtuosismo de Paul en las seis cuerdas, tanto a la hora de riffear como de puntear, su técnica y sensibilidad para saber meter la nota exacta de la manera y en el momento indicado, un dotado.
Y si aún quedaba algún atisbo de esperanza, con “Lake Without Water” se encargan de acabar con ella. La desolación y la agonía que transmiten desde el título hasta la última nota es exquisita y abrumadora. Con características de balada, minimalista, arpegios de guitarra acústica a cargo de Paul Dark (ex compañero de la primera hora), teclados y la característica voz de Dorrian como únicas armas para transmitir tan poderosas sensaciones, una belleza.
“Sepulchral Life” es la pieza que vendría a ser una suerte de tema carroñero para cerrar el álbum, volviendo con toda la mala onda para saciarse con nuestros restos inertes. Arrastrado y pesado, muy pesado, quizás más en la vena de Electric Wizard en los medios tiempos, pero dándose el lugar para pisar ligeramente el acelerador a mitad del camino en un puente heavy/rockero a la Saint Vitus, presto para el headbanging, para luego volver a EW disipándose como una muerte lenta hacia el final con su correspondiente toque psicodélico. Además, luego de un largo intervalo de silencio, se puede escuchar un siniestro recitado para hacer aún más mística la atmósfera imperante en la placa desde el primer minuto hasta el último.
Más de 20 años pasaron desde que se editó por primera vez esta excelente obra de culto del Doom y el Occult Rock, remasterizada y reeditada a mediados del corriente 2016 por Minotauro Records, incluyendo un cover como bonus track del clásico "Electric Funeral" de Black Sabbath. Inmejorable oportunidad para redescubrirlo o descubrirlo según sea el caso, influencia ineludible de exponentes actuales del Doom Italiano como Abysmal Grief, Epitaph, Doomraiser, Black Oath, los ya desaparecidos Cultus Sanguine o aún a los contemporáneos Black Hole, Zess entre otros.

Reseña escrita por Juanlón (guitarrista de Disnomia y Lanthanein)

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