Año: 2013
Sello: Weird Truth Productions
País de origen: Inglaterra
Weird Truth pueden jactarse de poseer en su catálogo a
algunas de las bandas más oscuras y fúnebres del planeta. Worship y Mournful
Congregation, por citar ejemplos claros, pertenecen a dicho sello. Ahora llega
el turno de sumergirse en el melancólico mundo de Dea Marica, un interesante
dúo inglés practicante de un Doom Metal profundo, lánguido y tortuoso, que
nunca llega a ser Funeral Doom, pero que en muchos pasajes llega a ser Doom Death.
Claramente influenciados por luminarias del género como sus compatriotas de My
Dying Bride, el Paradise Lost más triste y los viejos Anathema, estos muchachos
se regodean en la miseria, pero lo hacen con elegancia, y sin perder ese toque
romanticista que tan bien queda en este tipo de música.
“Curse of The Haunted” es el segundo full lenght de Dea
Marica, y en él encontramos 8 canciones extensas, en donde lo oculto, el dolor,
la miseria y el olor a muerte se funden hasta ser una sola cosa, un espíritu andrajoso
y apesadumbrado que impone su angustia en todas y cada una de las canciones que
integran este disco. Ritmos lentos, melodías de guitarra que contienen una alta
carga emotiva, además de teñirlo todo de negro, y una voz que fluctúa entre el
lamento y la voz de ultratumba, son las herramientas que la banda utiliza para
transmitir toda su negatividad. Y lo hacen bastante bien, sin deslumbrar, pero
demostrando que hacen lo que hacen porque así lo sienten, porque esto es lo que
son. Por momentos, el disco resulta monótono, pues si bien hay buenas ideas, y
estas son llevadas a la práctica con muchos aciertos, también es cierto que hay
cierta tendencia a la repetición. Sin embargo, y aunque resulte contradictorio,
esa misma monotonía que hace que el álbum resulte un poco extenso por demás, en
algunos pasajes ayuda a potenciar esa sensación de angustia y pesadez que reina
a lo largo y lo ancho del álbum. Es esa sensación de agobio, de decadencia, lo
que mejor les sienta a estos 2 caballeros amantes de lo lúgubre y lo mágico.
Esto último, el elemento esotérico, está presente ya desde el nombre del grupo,
que proviene de una bruja romana.
Dea Marica son un buen grupo, eso no se discute. Pero un
poco más de variedad les vendría como anillo al dedo, a decir verdad. Por lo
pronto, este segundo álbum está bastante bien.
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